Muevo las piernas
entre sonidos,
rascacielos y bullicio,
me conecto con los ojos
de transehuntes a prisa:
tomo fotos con el lente
de mi vista acorralada.
Flash absurdo.
Comen, beben,
amanecen,
existiendo meramente.
Son animales en jaulas.
Ejecutivos de terno,
triste showtime en serie;
y elegantes damas sordas,
sofisticadas y cínicas.
Un mendigo pide sobras
con su lamento que azota.
Continúo con mi cámara
de aferrarme a la cordura.
Me rodean, despedazan mi cristal,
mi objetivo delirante.
Al fin queda todo en orden,
y el absurdo reina en calma
por los siglos de los siglos,
amén.
Autor: ©Eduardo Waghorn H.